Una serie de ocho monedas de euro (euro y centavo) substituye las monedas nacionales de muchos países miembros de la Comunidad Europea (EEC) desde el 1 de enero de 2002. A diferencia de los billetes propuestos, estas monedas han marcado diferencias en su aspecto. Una de las caras de las monedas muestra el valor y un tema común de la comunidad europea, mientras que la otra cara es especifica de cada país. Las monedas son distribuidas por 16 casas de moneda distintas entre los estados miembros.